miércoles, 8 de diciembre de 2010
Nada en el mundo
Cuando te amo,
te amo como a nada en el mundo,
no me castigues por que mi corazón malherido,
lleno de cicatrices y durezas,
y quizás de bichos y de arrugas,
y de años que crecen y florecen,
y quizá de quizaces que se marchitan y renacen,
con mi yaga corazón que nunca quiso hacerte daño,
ni rozarte con la yema del dolor,
sino acariciarte y rascarte la espalda,
con la caricia del amor.
Y curarte si pudiera,
y curarte bien lo haría pero ¿supe hacerlo?,
y mi tacto grueso en vez de tierno,
duro en vez de suave,
te ama aunque no sepa decirlo ni hacerlo,
y te lastime y me lastime,
sin quererlo ni desearlo,
pero lo hace y no cambia,
y sigue aunque al final
el dolor cure al dolor,
y sólo tú amor
seas la textura que necesita mi alma,
cuando te amo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchas gracias, es verdad tu comentario, el poeta sabe cosas de las que yo no tengo ni idea.
ResponderEliminarSaludos