lunes, 9 de junio de 2008

Medio polvo

Medio polvo enfurecido
retomando las marismas,
desde los muslos,
desde los lados extremos,
a los otros lados extremos,
desde los cercos,
hasta la carne,
él la lame y la ama,
la lame fuerte,
y la ama antes de tiempo.

Dos siluetas entendidas en el amor
lo hacen como solo ellas saben,
entablan conversaciones de talles,
de inquietos mirarse a los labios,
de lenguas,
de mástiles que se esparcen y derraman.

Del idioma que saben
olvidan,
del de sueño que despiertan
duermen,
del silencio que callan
hablan,
al comienzo de la eterna dominan,
ropa fuera,
soles húmedos apagándose mutuamente,
con saliva de sexo,
con sexo de amor,
dentro mientras,
en el comienzo de la venas,
una tormenta estalla,
y ellos,
son parte,
y son todo.

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