
La entrada no era accesible,
las tres de la madrugada en tus dedos,
en mi nausea son las cinco,
querías entrar,
pero la entrada no era accesible,
los ojos de los porteros decían no a puñetazos,
soñé con tus manos entrando por la bragueta de la luna,
pero aunque estaba abierta,
la entrada no era accesible,
mucha sonrisa,
mucho rush,
mucha testosterona,
rubicundos lunares amarillos se posaban en mi,
había sarampión en el aire,
mucha sonrisa,
mucho rush,
pero la entrada no era accesible,
dedos en mi nuca,
cordón umbilical tragándome,
retorno inesperado al principio,
decidimos quedarnos donde empezamos,
porque la entrada no era accesible.
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