En recuerdo póstumo a Luis Carlos de Francisco Porto
Dejó de llamar a la puerta,
el trazo negro escondía su forma,
no mas llamadas telefónicas a la madrugada,
las sombras nunca son comunes entre sí,
se curó de sus espantos con Dios pero no con la noche,
a veces un trazo suave trasmite mas fuerza que un rayón negro en el blanco,
clavó su mirada en el infinito y así se quedó,
la belleza se esconde en los trazos imperfectos,
así se quedó para siempre.
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