Dejo detrás esa mirada de humo herrumbrado por los años de vigilia contenida,de señuelos de machimbre y cotillón cachondo,
doy por terminada la velada monótona del sinsentido de lo mismo siempre mismo,
hoy rompo el suelo que sostiene el fastidio
con el tijeretazo brusco de quien rompe prendas viejas o inaugura catedrales.
Estamos hechos de las horas desheredadas del tiempo,
de futuras madejas por hilar somos hilo suelto,
volvemos al camino siempre en futuro porque la huella nunca es la misma,
migajas son solo migajas,
espuma, marisma, canto hondo,
tú mi zapato mas querido que soportas el brillo de los azulejos rotos
-que transportas el caudal de mi paso y de mi historia-
rompevientos olas y huesos rotos,
tú lluvia tallada en piedra,
cruce frágil con la muerte y con la vida,
con el cuerpo con el hombre,
aire y consistencia de la eterna bisagra rota
que dice adiós donde la espera no es más que una sombra hecha sueños.
Mañana seremos ese fantasma corroído que gorgotea
en las persianas abiertas a la luz del día,
que es un monstruo gris o una paloma blanca
atrapada en los entresijos de una trama viva,
arrancada con las pezuñas del hambre
garganta que grita, llora y se enamora.
No te olvides de vivir me dices con fastidio,
no te olvides de ser el pie otrora flagelado por el camino
hoy orgulloso de cada paso de cada llanura
atravesada con el trabajo y la persistencia de cada hora de cada siglo,
la mano resuelta en el abrazo,
el gesto firme de que quien ama,
el pecho ancho de quien suspira por el placer que da
ver la vida en movimiento.
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