Sin poder descartar mi propia muerte
me dediqué a la búsqueda
de mi sonrojada vida,
como si se tratara de un problema de fondo.
Confisqué miradas delatoras seleccionadas a suerte
en un radio de cinco manzanas,
en el barrio de Palermo,
no hay que ir muy lejos para encontrar un muerto,
con vírica mirada pidiendo fuego o una moneda.
Del otro lado
aterciopeladas uñas de oro
con pies de pato y sexo de mono
debaten la transvaloración de todos los valores...
y el fin del mundo...
mientras compran verduras y carne fresca.
Mi ojo escudriñador no funcionaba,
no había forma en esto o aquello,
entre lo vivo y lo muerto,
la esquina de Pampa y Juramento
yacía encerrada entre perplejos corchetes,
como un monumento inasible e impertérrito,
como un poema escrito en tinta indeleble
por un pelele,
al otro lado del margen.
Me encontré destilando poetas
con vanidosa elocuencia de nota al pie.

brillante.... el tema sexo de mono, me preocupa un tanto... pero bien puede ser utilizado por una banda heavy . Hay una especie, "los bonobos ",que podrían adecuarse perfectamente a tu encantadora melodia de palabras. No se, un aporte no mas...
ResponderEliminar